lunes, 28 de noviembre de 2011

¿Y qué tengo que hacer?


¿Buscarme un valedor poderoso, un buen amo, y al igual que la hiedra, que se enrosca en un ramo buscando en casa ajena protección y refuerzo, trepar con artimañas, en vez de con esfuerzo?

No, gracias. ¿Ser esclavo, como tantos lo son, de algún hombre importante? ¿Servirle de bufón con la vil prensión de que algún verso mío dibuje una sonrisa en su rostro sombrío?

No, gracias. ¿O tragarme cada mañana un sapo, llevar el pecho hundido, la ropa hecha un harapo de tanto arrodillarme con aire servicial?

¿Sobrevivir a expensas de mi espina dorsal?

No, gracias. ¿Ser como ésos que veis a Dios rogando – oh, hipócritas malditos – y el mazo dando?

¿Y que, con la esperanza de alguna sinecura, atufan con incienso a quien se les procura?

No gracias. ¿Arrastrarme de salón en salón hasta verme perdido en mi propia ambición? ¿O navegar con remos hechos de madrigales y, por viento, el suspiro de doncellas banales? No gracias.

¿Publicar poniendo yo el dinero de mi propio bolsillo? Muchas gracias, no quiero.

¿Hacerme nombrar papa en esas chirigotas que en los cafés celebran, reunidos, los idiotas?

No gracias. ¿Desvivirme para forjarme un nombre que tenga el endiosado lo que no tiene de hombre?

No, gracias. ¿Afiliarme a un club de marionetas?

¿querer a toda costa salir en las gacetas?

¿y decirme a mí mismo: no hay nada que me importe con tal de que mi ingenio se cotice en la Corte?

No, gracias. ¿Ser miedoso? ¿Calculador? ¿Cobarde? ¿Tener con mil visitas ocupada la tarde? ¿Utilizar mi pluma para escribir falacias?

No gracias, compañero. La respuesta es: no gracias.

CANTAR, SOÑAR EN CAMBIO. ESTAR SOLO, SER LIBRE.

QUE MIS OJOS DESTELLEN Y MI GARGANTE VIBRE.

PONERME, SI ME PLACE, EL SOMBRERO AL REVÉS,

BATIRME POR CAPRICHO O HACER UN ENTREMÉS. TRABAJAR SIN AFÁN DE GLORIA O DE FORTUNA.

IMAGINAR QUE MARCHO A CONQUISTAR LA LUNA.

NO ESCRIBIR NUNCA NADA QUE NO RIME CONMIGO Y DECIRME MODESTO: AH, MI PEQUEÑO AMIGO, QUE TE BASTEN LAS FLORES, LAS FRUTAS Y LAS HOJAS, SIEMPRE QUE EN TU JARDÍN SEA DONDE LAS RECOJAS.

Y SI POR SUERTE UN DÍA LOGRAS LA GLORIA ASÍ,

NO HABRÁS DE DARLE AL CÉSAR LO QUE ÉL NO TE DIO A TI.

QUE A TU MÉRITO DEBAS TU VENTURA, NO A MEDRA Y EN RESUMEN, QUE HACIENDO LO QUE NO HACE LA HIEDRA, AUN CUANDO TE FALTARE LA ROBUSTEZ DEL ROBLE, LO QUE PIERDAS DE GRANDE, NO TE FALTE DE NOBLE.



viernes, 25 de noviembre de 2011

Cual es el camino?


La vida es una prueba constante que hemos decidido encarar con cada paso que tomamos. A veces no tenemos una clara dirección y a veces sabemos exactamente qué es lo que esperamos de ella. El ir sin rumbo no significa que estemos ni desubicados ni desorientados ni ningún calificativo negativo que se le pueda poner. Porqué no puede ser que simplemente en éste momento de nuestras vidas lo que nos toca es contemplar? No tengamos miedo a andar sin rumbo, la vida se hace al paso que vamos y no todos tenemos que llevar el paso que proponen los demás o la sociedad.
Cuando vamos con un rumbo definido es también una opción estupenda pero al contrario de la contemplación ponemos nuestros esfuerzos en el futuro logro, y probablemente lo enfoquemos hacia un resultado. Pero no siempre obtendremos el resultado que nuestros egos quieren sino lo que en verdad debemos tomar para aprender de ello. La cuestión es saber reconocer el porqué de cada valla, el porqué de cada tropiezo, lagrima y tristeza. Una vez que aprendemos a tomar todo ello con amor se nos hará más fácil también el enfrentar los nuevos retos y ya no tendremos miedo al resultado.
Lo más importante es estar, sentir y vivir cada momento como tuyo y nada más que tuyo. Amarte a ti sobre todas las cosas y así poder disfrutar del amor de los demás. No nos pongamos trabas a nosotros mismos, no nos juzguemos por nuestras inacciones o por las fallas que podremos tener en la búsqueda de nuestros sueños, ellas están allí para que aprendamos que el momento vivido es lo más importante.
El amarnos a nosotros mismos sobre todas las cosas puede sonar egoísta tal vez, pero cuando lo miramos desde la perspectiva en que el amor es puro y se retroalimenta con nuestras acciones, no está alejado del amor a los demás o del amor a todo los que nos rodea. Mientras más nos comprendamos a nosotros mismos más entenderemos nuestro entorno, más amaremos a nuestra tierra y a todos los seres que en ella vivimos.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Tu canción


Cuando una mujer de cierta tribu de África sabe que está embarazada, se interna en la selva con otras mujeres y juntas rezan y meditan hasta que aparece la canción del niño. Saben que cada alma tiene su propia vibración que expresa su particularidad, unicidad y propósito.
Las mujeres entonan la canción y la cantan en voz alta. Luego retornan a la tribu y se la enseñan a todos los demás.
Cuando nace el niño, la comunidad se junta y le cantan su canción. Luego, cuando el niño comienza su educación, el pueblo se junta y le canta su canción. Cuando se inicia como adulto, la gente se junta nuevamente y canta. Cuando llega el momento de su casamiento, la persona escucha su canción.
Finalmente, cuando el alma va a irse de este mundo, la familia y amigos se acercan a su cama e igual que para su nacimiento, le cantan su canción para acompañarlo en la transición. En esta tribu de África hay otra ocasión en la cual los pobladores cantan la canción. Si en algún momento durante su vida la persona comete un crimen o un acto social aberrante, se lo lleva al centro del poblado y la gente de la comunidad forma un círculo a su alrededor. Entonces le cantan su canción.
La tribu reconoce que la corrección para las conductas antisociales no es el castigo; es el amor y el recuerdo de su verdadera identidad. Cuando reconocemos nuestra propia canción ya no tenemos deseos ni necesidad de hacer nada que pudiera dañar a otros. Tus amigos conocen tu canción y te la cantan cuando la olvidaste. Aquellos que te aman no pueden ser engañados por los errores que cometes o las oscuras imágenes que muestras a los demás.

Ellos recuerdan tu belleza cuando te sientes feo; tu totalidad cuando estás quebrado; tu inocencia cuando te sientes culpable y tu propósito cuando estás confundido. No necesito una garantía firmada para saber que la sangre de mis venas es de la tierra y sopla mi alma como el viento, refresca mi corazón como la lluvia y limpia mi mente como el humo del fuego sagrado.

Tolba Phanem - mujer, poeta africana.